Quisiera empezar el año hablando un poco acerca del cubrimiento de la actividad musical en nuestros periódicos y revistas. Primero quisiera hablar de los dos columnistas contratados por El Tiempo para escribir acerca de temas culturales en general: Fernando Toledo y Oscar Acevedo. Sin que sea la mejor solución a la falta de crítica, creo que Toledo y Acevedo han hecho un gran esfuerzo por tener en sus columnas temas importantes que la prensa rara vez cubre. Ambos ofrecen sus puntos de vista siendo Toledo tal vez el más crítico y profundo en sus comentarios; las columnas de Acevedo me parecen un poco tímidas y a veces un poco ingenuas en sus comentarios. No obstante, es bueno ver que la sección de opinión del periódico tiene una vez a la semana temas culturales.
Por otro lado, el rediseño de la página web de El Tiempo trajo también la tan anhelada división de las secciones Cultura y Entretenimiento. Sin embargo, aunque los temas ya están separados, el cubrimiento no ha incrementado aparentemente en cantidad - ciertamente no ha aumentado en calidad. Una clara excepción fue el cubrimiento del Festival Internacional de Música de Cartagena, el cual contó con artículos de cubrimiento todos los días del evento. Sin embargo, como lector hubiese deseado menos cubrimiento pero una mejor reportería. Los artículos fueron muy superficiales y todos podían resumirse en que el concierto había sido emotivo, había estado lleno, que el/los artistas eran grandes estrellas internacionales y que qué bueno el Festival. Si se cubre un evento musical es importante hablar de la música. Desafortunadamente, parece que El Tiempo no tiene personas calificadas para hacerlo y tuvimos que contentarnos con anécdotas que poco ayudaron a ilustrar el resultado musical del festival.
Para terminar de darle palo al Tiempo, me sorprendió mucho la confusión que sembró el periódico con respecto al concierto dirigido por Andrés Orozco en Berlín. Según lo que daba a entender el artículo, en especial con sus referencias a Karajan, era que Orozco había dirigido la Orquesta Filarmónica de Berlín. Sin embargo, también hablaba de la Sinfónica de Berlín (orquesta liquidada en el 2004 y aparentemente resucitada con gran esfuerzo en el 2006). En últimas no entendí qué era lo que había dirigido Orozco. Entré a internet y encontré que la orquesta que había dirigido era la Deustches Symphonie Orchester Berlin - algo así como la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín. Bastaba con poner el nombre en alemán en el artículo y hacer una traducción para poder orientar mejor al lector. El logro de Orozco es importante pero la noticia debía ser acertada y no inducir al lector a pensar que Orozco dirigió la internacionalmente reconocida Filarmónica de Berlín.
De las revistas ya no sabe uno qué pensar. Pareciera que para todos la única música que existe es la de Shakira, la de Juanes y la que está grabada en CD. Es una lástima que espacios tan valiosos como Semana, Cambio y Credencial terminen usando sus columnas culturales para recomendar artículos a la venta en almacenes de discos.
Finalmente, el cubrimiento cultural ha sido ajeno a una de las más significativas quiebras en la historia de la música grabada. La quiebra de Tower Records. Aparte de reportar que la franquicia en Colombia (de la cual es dueña Prodiscos) no se cierra, no ha habido un sólo artículo que empiece a poner en perspectiva lo que depara el futuro de la comercialización de la música. Esta situación es grave, gravísima, y muy preocupante especialmente para el mercado de la música clásica la cual cuenta con compradores de mayor edad, menos confianza en la tecnología (i.e. descargas de mp3), y mayor familiaridad con la música en medio físico (i.e. cintas, cassettes, LPs, CDs, etc.).
Feliz 2007 a todos. Mi propósito para este año es hacer más frecuentes mis entradas en el blog. El año pasado estuve ocupado en una maestría y, aunque aún no la he terminado, este año la carga de trabajo parece ser menor.
Por otro lado, el rediseño de la página web de El Tiempo trajo también la tan anhelada división de las secciones Cultura y Entretenimiento. Sin embargo, aunque los temas ya están separados, el cubrimiento no ha incrementado aparentemente en cantidad - ciertamente no ha aumentado en calidad. Una clara excepción fue el cubrimiento del Festival Internacional de Música de Cartagena, el cual contó con artículos de cubrimiento todos los días del evento. Sin embargo, como lector hubiese deseado menos cubrimiento pero una mejor reportería. Los artículos fueron muy superficiales y todos podían resumirse en que el concierto había sido emotivo, había estado lleno, que el/los artistas eran grandes estrellas internacionales y que qué bueno el Festival. Si se cubre un evento musical es importante hablar de la música. Desafortunadamente, parece que El Tiempo no tiene personas calificadas para hacerlo y tuvimos que contentarnos con anécdotas que poco ayudaron a ilustrar el resultado musical del festival.
Para terminar de darle palo al Tiempo, me sorprendió mucho la confusión que sembró el periódico con respecto al concierto dirigido por Andrés Orozco en Berlín. Según lo que daba a entender el artículo, en especial con sus referencias a Karajan, era que Orozco había dirigido la Orquesta Filarmónica de Berlín. Sin embargo, también hablaba de la Sinfónica de Berlín (orquesta liquidada en el 2004 y aparentemente resucitada con gran esfuerzo en el 2006). En últimas no entendí qué era lo que había dirigido Orozco. Entré a internet y encontré que la orquesta que había dirigido era la Deustches Symphonie Orchester Berlin - algo así como la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín. Bastaba con poner el nombre en alemán en el artículo y hacer una traducción para poder orientar mejor al lector. El logro de Orozco es importante pero la noticia debía ser acertada y no inducir al lector a pensar que Orozco dirigió la internacionalmente reconocida Filarmónica de Berlín.
De las revistas ya no sabe uno qué pensar. Pareciera que para todos la única música que existe es la de Shakira, la de Juanes y la que está grabada en CD. Es una lástima que espacios tan valiosos como Semana, Cambio y Credencial terminen usando sus columnas culturales para recomendar artículos a la venta en almacenes de discos.
Finalmente, el cubrimiento cultural ha sido ajeno a una de las más significativas quiebras en la historia de la música grabada. La quiebra de Tower Records. Aparte de reportar que la franquicia en Colombia (de la cual es dueña Prodiscos) no se cierra, no ha habido un sólo artículo que empiece a poner en perspectiva lo que depara el futuro de la comercialización de la música. Esta situación es grave, gravísima, y muy preocupante especialmente para el mercado de la música clásica la cual cuenta con compradores de mayor edad, menos confianza en la tecnología (i.e. descargas de mp3), y mayor familiaridad con la música en medio físico (i.e. cintas, cassettes, LPs, CDs, etc.).
Feliz 2007 a todos. Mi propósito para este año es hacer más frecuentes mis entradas en el blog. El año pasado estuve ocupado en una maestría y, aunque aún no la he terminado, este año la carga de trabajo parece ser menor.
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