Después de estar yendo y viniendo durante dos años, por fin vuelvo a tener tiempo de escribir con cierta regularidad y profundidad. Procuraré escribir todos los días entre semana. Por ahora prometo agregar varios enlaces (links) que he acumulado. De igual manera, procuraré crear a lo largo de esta semana un calendario similar al que usé durante varios meses en el 2004, en donde usaba un día a la semana para algo (artículo recomendado, página recomendada, artículo, etc.). Es un placer volver a tener algo de tiempo para opinar.
Wolfgang Seifen Anoche estuve en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango escuchando al organista Wolfgang Seifen . Con una introducción hablada (y traducida al español) invitó al público a acompañarlo a un viaje hacia lo desconocido. Ni él ni el público sabían qué iba a ocurrir pues Seifen iba a improvisar piezas en el órgano, piezas con formas previamente definidas (toccata y fuga, fantasía y fuga, corales, y una sinfonía de cinco movimientos). El órgano es un instrumento extraño. Es difícil, tal vez imposible, encontrar dos órganos iguales, lo cual hace que un concierto de este instrumento sea todo una aventura, así sea un concierto de obras de la literatura. Fue muy inusual la experiencia de anoche, vivir la creación de obras barrocas y románticas en el siglo XXI, obras que dejaron de existir anoche también. La última obra, la sinfonía, usó cuatro temas de música popular colombiana. Me llevó a pensar en los distintos esfuerzo que hay en el país por acercar o juntar...
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