Imagínese que a usted lo/la acaban de nombrar rector(a) de una importante universidad en Bogotá. En esa universidad se presenta semanalmente la orquesta sinfónica de la ciudad. Pocas semanas después de su llegada al cargo, un viernes en la noche, el auditorio de la universidad está lleno de gente esperando a que inicie el concierto. La persona encargada del auditorio sale al escenario y anuncia que el concierto ha sido cancelado y que la devolución de todo el dinero se hará en la taquilla.
Si usted es ese rector, ¿qué hace? ¿Que hace si le dicen que el sindicato de la orquesta se rehusó a tocar el concierto? ¿Se sentiría usted como si, de repente, por arte de magia, además de tener que lidiar con todos los problemas internos de la universidad, tuviera que lidiar con negociar con el sindicato de una entidad pública? ¿Le gustaría a usted que la imagen de su universidad terminara estando en manos de un sindicato de una entidad de la ciudad?
Pues esta es más o menos la situación que enfrenta hoy José Fernando Isaza, rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en donde el sindicato de la Orquesta Filarmónica de Bogotá obligó a la cancelación de un concierto programado para el pasado 19 de mayo.
Desde que el Alcalde Luis Eduardo Garzón se posesionó se han hecho recurrentes las protestas, paros, cancelaciones y huelgas de hambre en la orquesta. Si bien la huelga de hace un par de meses afectó el desarrollo de su programación, hasta ahora no había ocurrido que el público se hubiese quedado con los crespos hechos, ya ubicado en su puesto. Además de la afronta que es esto para el público, es una afronta a la Universidad y a su imagen.
No creo estar exagerando cuando digo que el sindicato de la Orquesta Filarmónica está jugando con fuego y que está poniendo en riesgo, no sólo el uso del auditorio de la Jorge Tadeo Lozano, sino su futuro mismo. Estoy seguro que al Alcalde y a muchos ciudadanos les está quedando claro por qué la nación optó, hace tres años, por la liquidación de la Orquesta Sinfónica de Colombia.
Si usted es ese rector, ¿qué hace? ¿Que hace si le dicen que el sindicato de la orquesta se rehusó a tocar el concierto? ¿Se sentiría usted como si, de repente, por arte de magia, además de tener que lidiar con todos los problemas internos de la universidad, tuviera que lidiar con negociar con el sindicato de una entidad pública? ¿Le gustaría a usted que la imagen de su universidad terminara estando en manos de un sindicato de una entidad de la ciudad?
Pues esta es más o menos la situación que enfrenta hoy José Fernando Isaza, rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en donde el sindicato de la Orquesta Filarmónica de Bogotá obligó a la cancelación de un concierto programado para el pasado 19 de mayo.
Desde que el Alcalde Luis Eduardo Garzón se posesionó se han hecho recurrentes las protestas, paros, cancelaciones y huelgas de hambre en la orquesta. Si bien la huelga de hace un par de meses afectó el desarrollo de su programación, hasta ahora no había ocurrido que el público se hubiese quedado con los crespos hechos, ya ubicado en su puesto. Además de la afronta que es esto para el público, es una afronta a la Universidad y a su imagen.
No creo estar exagerando cuando digo que el sindicato de la Orquesta Filarmónica está jugando con fuego y que está poniendo en riesgo, no sólo el uso del auditorio de la Jorge Tadeo Lozano, sino su futuro mismo. Estoy seguro que al Alcalde y a muchos ciudadanos les está quedando claro por qué la nación optó, hace tres años, por la liquidación de la Orquesta Sinfónica de Colombia.
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