Aunque tarde, y ya bajo la horrible influencia del paso del tiempo sobre mi memoria, considero importante reseñar el muy agradable recital que la guitarrista austriaca Brigitte Zaczek dio en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango el pasado domingo 17 de julio.
La guitarra es un instrumento que atrae público - de todas las edades y de todas las avenidas de la vida. En nuestro país, donde gran parte de la música popular depende de los instrumentos de cuerda y donde una fiesta tiene gran posibilidad de incluir este instrumento, ésto suele ser aún más cierto. La sala estaba llena y recibió al público con las luces bajas. No sé si ésto se hizo por proteger la afinación del instrumento o si es una nueva medida para regular la temperatura de la sala pero el resultado es positivo - la temperatura fue agradable y el ambiente fue muy receptivo y contemplativo, inclusive antes de empezar el concierto.
El recital estuvo dedicado a la obra del compositor francés Napoleón Coste (1805-1883) quien compuso obras para guitarra romántica y quien seguramente no es extremadamente conocido porque su obra está, como dice Ellie Anne Duque en las notas del programa, "[enmarcada] dentro del repertorio de salón de su época". Sin embargo, estos conciertos ofrecen la posibilidad de volver a una época en donde era imposible prender un radio y sintonizar la HJCK, prender el televisor y buscar Film & Arts o buscar a la BBC en línea y bajar los mp3 de las nueve sinfonías de Beethoven (este servicio ya no está disponible, entre otras).
Zaczek es una excelente guitarrista y es claramente una persona que no se ha limitado a ser una intérprete sino que es una real conocedora de su arte, su instrumento y su historia. En este recital usó dos guitarras antiguas construidas por René Lacote - luthier contemporáneo a Napoleón Coste. Además de la interpretación musical, Zaczek brindó al público pequeñas apreciaciones sobre las piezas y sobre el contexto en el que éstas nacieron. Esta es una práctica que los intérpretes y la misma biblioteca deberían practicar con más frecuencia. No sólo brindan al público más iluminación sobre una obra sino que obligan a crear un tejido coherente entre las obras de un programa. Las obras fueron interpretadas con un claro conocimiento del espíritu romántico y con una honestidad interpretativa que hizo que el público se sintiera a gusto al frente de música desconocida.
PD
Un consejo para quienes no son amantes ni usuarios de la ciclovía dominical: si hay concierto en la Luis Ángel Arango, váyase tempranito con un buen libro, pase al Café Juan Valdez que queda al frente de la entrada peatonal de la Biblioteca, cómprese un brownie y un cappuccino o un café cardamomo, siéntese afuera si está haciendo sol, y saboree el brownie y el café mientras lee. A la media o una hora puede entrar a la Biblioteca y disfrutar un buen concierto. Al salir del concierto búsquese un buen restaurante, pero de eso hablamos otro día.
La guitarra es un instrumento que atrae público - de todas las edades y de todas las avenidas de la vida. En nuestro país, donde gran parte de la música popular depende de los instrumentos de cuerda y donde una fiesta tiene gran posibilidad de incluir este instrumento, ésto suele ser aún más cierto. La sala estaba llena y recibió al público con las luces bajas. No sé si ésto se hizo por proteger la afinación del instrumento o si es una nueva medida para regular la temperatura de la sala pero el resultado es positivo - la temperatura fue agradable y el ambiente fue muy receptivo y contemplativo, inclusive antes de empezar el concierto.
El recital estuvo dedicado a la obra del compositor francés Napoleón Coste (1805-1883) quien compuso obras para guitarra romántica y quien seguramente no es extremadamente conocido porque su obra está, como dice Ellie Anne Duque en las notas del programa, "[enmarcada] dentro del repertorio de salón de su época". Sin embargo, estos conciertos ofrecen la posibilidad de volver a una época en donde era imposible prender un radio y sintonizar la HJCK, prender el televisor y buscar Film & Arts o buscar a la BBC en línea y bajar los mp3 de las nueve sinfonías de Beethoven (este servicio ya no está disponible, entre otras).
Zaczek es una excelente guitarrista y es claramente una persona que no se ha limitado a ser una intérprete sino que es una real conocedora de su arte, su instrumento y su historia. En este recital usó dos guitarras antiguas construidas por René Lacote - luthier contemporáneo a Napoleón Coste. Además de la interpretación musical, Zaczek brindó al público pequeñas apreciaciones sobre las piezas y sobre el contexto en el que éstas nacieron. Esta es una práctica que los intérpretes y la misma biblioteca deberían practicar con más frecuencia. No sólo brindan al público más iluminación sobre una obra sino que obligan a crear un tejido coherente entre las obras de un programa. Las obras fueron interpretadas con un claro conocimiento del espíritu romántico y con una honestidad interpretativa que hizo que el público se sintiera a gusto al frente de música desconocida.
PD
Un consejo para quienes no son amantes ni usuarios de la ciclovía dominical: si hay concierto en la Luis Ángel Arango, váyase tempranito con un buen libro, pase al Café Juan Valdez que queda al frente de la entrada peatonal de la Biblioteca, cómprese un brownie y un cappuccino o un café cardamomo, siéntese afuera si está haciendo sol, y saboree el brownie y el café mientras lee. A la media o una hora puede entrar a la Biblioteca y disfrutar un buen concierto. Al salir del concierto búsquese un buen restaurante, pero de eso hablamos otro día.
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