
En Bogotá, el precio de las boletas para escuchar a la Filarmónica estuvieron al vaivén de los caprichos de la Universidad Nacional, pasando de muy pocos pesos hace diez años hasta llegara a $8000 hace dos años y volviendo a bajar, tras una negociación con la Universidad a $5000.
En un país pobre con poco efectivo disponible, es imposible esperar que una orquesta captive a un público semana tras semana a un costo que esté fuera de una básica proporción. Ésta fue quizás la sorpresa que se llevó la Sinfónica Nacional al iniciar presentaciones en el 2003 y manejar la venta de su boletería a través de Tu Boleta.
El artículo es interesante pero no toca algunos temas muy relevantes en nuestro contexto como la competencia con otro entretenimiento y el costo de las boletas vs. el costo de las demás cosas de enteretnimiento. Sin embargo, identifica la paradoja de las orquestas privadas: es justo pagarle al músico por su trabajo pero es importante saber medir cuánto mide el trabajo de un músico.
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