Dejan Lazic
El pasado 10 de agosto se presentó el pianista Dejan Lazic en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Nacido en Croacia y criado en Austria, Lazic ha desarrollado una gran carrera que lo ha llevado a los importanes escenarios mundiales como solista, a actuar con diversas orquestas en Europa y el Lejano Oriente y a trabajar en proyectos de música de cámara con artistas como Benjamin Schmid o Pieter Wispelwey, entre otros.
El recital del miércoles de la semana anterior hizo un recorrido por tres generaciones de compositores. En la primera parte interpretó las Siete variaciones en do sobre "God Save the King" y la Sonata No. 31 en la bemol, Op. 110, ambas de Beethoven. En la segunda parte inició con Tres rondós y Seis danzas búlgaras de Bartók y cerró con Venecia y Nápoles de Franz Liszt.
Debo admitir que soy un afiebrado a la obra para piano de Beethoven. Me parece que, de toda su obra es lo que mejor refleja el contraste con quien fue su sombra en los círculos vieneses - Mozart. Al mismo tiempo, debo admitir que no soy un gran aficionado de Liszt. Sus obras para piano me parecen bastante 'melcochudas' y exageradas. Sin embargo, escucharla es a veces necesario por el show, el trapecismo al que se ven sometidos los pianistas. ¿Y Bartók? Bartók es Bartók, sencillamente un compositor al que le debemos que haya algo de cordura y evolución en la música del Siglo XX (mis disculpas a la Segunda Escuela Vienesa). El recital fue entretenido en gran parte por eso, por ese paseo en la evolución del idioma del piano del clasicismo, al romanticismo, al Siglo XX - aunque no necesariamente en ese orden.
La otra razón para disfrutar el recital fue Lazic, un pianista que exploró el idioma de cada uno de los lenguajes expuestos, sin exageraciones y una técnica que le permitió exprimir la riqueza de cada una de las obras interpretadas. El piano es un instrumento fascinante porque, al contrario de la flauta o el oboe, éste puede tocar grandes armonías y casi que recrear a toda una orquesta. Esto es posible gracias a la combinación de diez dedos, dos muñecas, todo un juego de teclas, y tres pedales. Cuando el pianista logra darle a cada mano y a cada dedo una misión musical, la capacidad expresiva del pianista aumenta. Ésto es justamente lo que pasa con Lazic quien es capaz de brindarle al público fugas como Glenn Gould podía, destacando las líneas musicales sin abandonar la textura armónica de la manera más delicada posible.
Así mismo, Lazic tiene un gran fraseo - la posibilidad de traducir ideas musicales de la página al sonido real por medio de su capacidad musical e interpretativa. Sus dinámicas tienen un propósito y una dirección clara sin dejar de lado la expresividad que muchos pianistas jóvenes carecen.
Desafortunadamente la sala estaba como al 70% de su capacidad. No sé si fue porque las boletas para los conciertos de agosto en la biblioteca empezaron a venderse demasiado sobre el tiempo o si es que ha habido muchos pianistas en esta temporada (que no me parece), pero es triste ver una sala tan pequeña como la de la biblioteca con asientos vacíos.
PD1
El concierto de la semana es el del CONJUNTO DE MARIMBA Y PERCUSIÓN TAKAYOSHI YOSHIOKA el viernes 19 de agosto a las 7:30 p.m. en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Para no perdérselo.
PD2
Ayer no tuve tiempo de colgar la entrada - creo que me va a tocar reducir el calendario de trabajo a tres o dos días a la semana - ¡mil disculpas!
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