Recibí esta imagen ayer en mi correo y no pude resistir la tentación de ponerla aquí en el blog - es demasiado divertida.
Las orquestas suelen armar paquetes de programas como una estrategia de ventas y ciertamente ésta es una de ellas: el ciclo barroco. Ah, ¡barroco! Cuando la música era bella (como dirían algunos): los Brandemburgueses de Bach, las Estaciones de Vivaldi, el Mesías de Händel.
Pero ya entrados en gastos, ¿por qué no incluir el Réquiem de Mozart, el Concierto para chelo de Dvorák y Tangazo de Piazzolla en tan renombrada época?
Por más atractivo que suene, creo que ningún arquitecto incluiría a Frank Lloyd Wright entre los maestros de la arquitectura barroca y que ningún historiador del arte se atrevería a incluir a Cezanne, Seurat, Picasso, Kandinsky o a Pollock entre los más representativos creadores del arte barroco.
Por más ansiosa que esté una organización de vender su producto, ésta debe ser honesta. Vender a Piazzolla o a Dvorák como compositores barrocos es como vender jamón de cerdo o pechugas de pollo vegetarianas. El hecho de que una actividad sea cultural o de entretenimiento no significa que sus consumidores deban ser tratados como imbéciles ignorantes. ¿O sí?
Anexo - Comentario del 3 de septiembre
Vale la pena aclarar que el problema no es que haya un balance entre las obras presentadas. El programa de Estaciones de Vivaldi y Estaciones de Piazzolla se hace un montón y atrae mucho público.
El problema es que este ciclo o mini-temporada se está anunciando como una temporada barroca cuando en realidad es un mes de conciertos, cada uno con alguna o algunas obras barrocas, pero eso no constituye un festival barroco.
El anuncio no es honesto - ¡ése es el problema! Sobretodo porque en otras publicaciones, que seguramente han recibido boletines de prensa de la orquesta, se anuncia un mes barroco con la Filarmónica.
Un mes barroco exploraría la obra de Rameau, Lully, Handel, los Bach, Corelli, Telemann o Purcell pero no la obra de compositores de todos los siglos posteriores al barroco.
El Mostly Mozart Festival de Lincoln Center en Nueva York se ve a gatas todos los años tratando de justificar su programación teniendo en cuenta que es un festival dedicado a la vida y obra de Mozart. Sin embargo, ésto se presta para una buena discusión académica. Por ejemplo, este año en el Festival se interpretaron obras de compositores rusos contemporáneos a Mozart aunque Mozart jamás visitó la tierra de los zares. Sin embargo, la pregunta en el aire era si Mozart de casualidad habría escuchado esas obras en otras partes de Europa.
En fin, detrás de una serie de conciertos debe haber algo más que la invención de un título atractivo. En resumen, Estaciones de Vivaldi más Estaciones de Piazzolla no hacen una temporada de música barroca.
Comentarios
Hasta ahora solo encuentro una similitud, que Vivaldi y Piazzolla tienen sus "Cuatro estaciones".
Pero como dice un amigo, -todo es arte si se puede justificar-, ya en las notas al programa explicaran todo creativamente.
El problema es que este ciclo o mini-temporada se está anunciando como una temporada barroca cuando en realidad es un mes de conciertos, cada uno con alguna o algunas obras barrocas, pero eso no constituye un festival barroco.
El anuncio no es honesto - ¡ése es el problema! Sobretodo porque en otras publicaciones, que seguramente han recibido boletines de prensa de la orquesta, se anuncia un mes barroco con la Filarmónica.
Un mes barroco exploraría la obra de Rameau, Lully, Handel, los Bach, Corelli, Telemann o Purcell pero no la obra de compositores de todos los siglos posteriores al barroco.
El Mostly Mozart Festival de Lincoln Center en Nueva York se ve a gatas todos los años tratando de justificar su programación teniendo en cuenta que es un festival dedicado a la vida y obra de Mozart. Sin embargo, ésto se presta para una buena discusión académica. Por ejemplo, este año en el Festival se interpretaron obras de compositores rusos contemporáneos a Mozart aunque Mozart jamás visitó la tierra de los zares. Sin embargo, la pregunta en el aire era si Mozart de casualidad habría escuchado esas obras en otras partes de Europa.
En fin, detrás de una serie de conciertos debe haber algo más que la invención de un título atractivo. En resumen, Estaciones de Vivaldi más Estaciones de Piazzolla no hacen una temporada de música barroca.