Money makes the world go round, the world go round...
El Ministerio de Cultura fue creado en 1997 durante el gobierno de Ernesto Samper. Aunque no ha estado exento de los vaivenes políticos y de los caprichos de los ministros o ministras de turno, poco a poco éste ha ido adquiriendo un perfil más definido, una estructura más clara y unas funciones más determinadas. Sin embargo, ha sido bastante evidente que desde que Juan Luis Mejía fue ministro el tema del impacto económico de la cultura ha ido cobrando importancia y ha permeado gran parte de las discusiones y las decisiones del ente gubernamental.
El argumento del impacto económico de la cultura está tomado del exterior, de países como Inglaterra, España y Estados Unidos donde los presupuestos gubernamentales para la cultura, así como en nuestro país, deben ser defendidos y protegidos por argumentos que sean contundentes dentro del juego político que tiene pocos interés por el desarrollo cultural y expresivo de una nación. La teoría del impacto económico afirma que la cultura debe estar financiada y subsidiada por el estado porque ésta tiene un impacto sobre el PIB. Este impacto es lo primero que miden los ministerios y los investigadores económicos para buscar la justificación de estos apoyos tan atacados por los burócratas gubernamentales.
Según los economistas vivimos en un mundo regido por las transacciones y los intercambios económicos. Así, todo lo que yo haga viene a tener un impacto económico - la compra de una bolsa de leche, la decisión de viajar en Transmilenio en vez de comprar un carro, la compra de una boleta, dar limosna y decidir entre viajar a Cartagena o a Miami. De esta manera, argumentar que la cultura debe ser apoyada por el gobierno porque ésta tiene un impacto económico es lo mismo que decir que el narcotráfico debe ser apoyada porque éste ha tenido un inmenso impacto en nuestra economía. Toda actividad tiene un impacto económico pero lo que varía es su dimensión, su sostenibilidad, su ventaja frente al potencial de impacto de otras actividades y el valor y validez que le demos como sociedad.
Acaba de salir un estudio publicado por la Rand Corporation en donde se pone en duda que el impacto económico de la cultura sea el argumento más valioso para defender el valor de las artes y las expresiones culturales. No podría estar yo más de acuerdo. Si vamos a valorar un concierto de Joshua Bell por su potencial para generar turismo, ventas de camisetas, uso de taxis, etc. estamos realmente transformando una actividad de creación de sociedad, de expansión, de enriquecimiento y de generación de calidad de vida en una ecuación monetaria. Lo cual no significa que esta ecuación no se deba hacer. Nada distingue mejor a un buen administrador que tener el mayor conocimiento de la actividad que gestiona, su impacto, sus fortalezas y debilidades. Cuando una entidad cultural empieza a orientar su misión y a desarrollar actividades pensando únicamente en el impacto económico, empieza a poner en riesgo aquello que genera y que hace que la gente participe de su producción: la calidad, el reto, el enriquecimiento, el descubrimiento, el riesgo y la innovación.
Este jueves a las 10am hora de Nueva York, en la radio pública WNYC, Brian Lehrer entrevistará a Kevin McCarthy, investigador de la Rand Corporation y autor del reporte mencionado anteriormente. También entrevistará a Jolie Jensen, profesora de la Universidad de Tulsa y autora de Is Art Good for Us?: Beliefs about High Culture in American Life : Beliefs about High Culture in American Life publicado por Rowman & Littlefield en el 2002. Queda la invitación a escucharlos por internet haciendo clic en el margen izquierdo de la página de la emisora.
Vínculo relacionado:
Reporte sobre el impacto económico de las artes en National Public Radio
PD - Concierto de Hoy -
Miguel Bosé y la Filarmónica de Bogotá
+ Arte - Minas
Lunes 23 de mayo de 2005, 8:00pm
OJO: Teatro Colón
Concierto para recaudar fondos y dotar un Centro de Rehabilitación en Bucaramanga para víctimas de minas anti-personales
Comentarios